¿ES VIABLE EL MANDO UNICO EN EL MODELO FEDERAL MÉXICANO?
Análisis de la Iniciativa del Presidente Enrique Peña Nieto
COMMAND SINGLE IS VIABLE IN THE MEXICAN FEDERAL MODEL?
Analysis of the initiative of President Enrique Peña Nieto
I. NTRODUCCIÓN
El crimen y la violencia han ocupado lugares importantes en los principales medios de comunicación, mesas de discusión, debates, estudios académicos, artículos, libros y principalmente en las agendas de los poderes públicos que conforman nuestro sistema federal; a tal grado de caracterizar a México como un país de alta violencia con limitadas posibilidades de crecimiento.
Lo anterior tuvo como una de sus consecuencias la formulación de dos iniciativas de reforma constitucional en materia de mando único de policía, primero en el sexenio del presidente Felipe Calderón Hinojosa4 y más recientemente en el actual sexenio del presidente Enrique Peña Nieto5, mismas que pretendemos analizar y proyectar sus posibles impactos. En el presente artículo, además, exponemos una alternativa que consideramos viable para la solución de la problemática descrita y que también permita el adecuado funcionamiento del sistema federal mexicano.
II. ANTECEDENTES
Desgraciadamente durante la última década, el crimen y la violencia se han intensificado, invadiendo e incluso arraigándose en lo más profundo de las instituciones de gobierno, máxime si se trata de las funciones relacionadas a la seguridad pública. Según el profesor, Edgardo Buscaglia, desde hace tiempo al menos el 70% de los 2.445 municipios mexicanos tienen vínculos con carteles de narcotráfico.7 Lo anterior ha traído consecuencias negativas para el desarrollo nacional, entre ellas se destaca la paralización y disminución de la inversión extranjera a causa de la percepción internacional que se tiene de nuestro país, según señaló el Secretario de Hacienda días después de los acontecimientos suscitados en Ayotzinapa, Guerrero, donde se vieron implicados miembros de la policía municipal de dicha localidad.8 Por otro lado, los grupos de criminales son también en gran parte responsables de un lento desarrollo económico nacional, pues sus actos de extorsión y secuestro impiden que las actividades de progreso se lleven a cabo de manera ordinaria; a estas negativas consecuencias se le suma la pérdida de vidas que los enfrentamientos armados, secuestros y extorsiones han dejado a su paso. En este sentido, no es sorpresa que a México le urja implementar una política que le de las herramientas necesarias para hacer frente los actuales problemas de crimen y violencia y sus consecuencias, dejando a salvo las vidas y los derechos de sus ciudadanos.